Que dé mayor responsabilidad a las instituciones públicas, ministerios, gobiernos regionales, municipalidades para que realicen acciones concretas y conjuntas para afrontar el cambio climático.

Que busque optimizar el uso del agua para el consumo, recupere las fuentes de agua contaminadas, frene la desglaciación de nuestro andes y maneje adecuadamente el agua para el riego y la energía.

Que reduzca la deforestación e impulse el aumento de más bosques que capturan el carbono contaminante y se cumpla obligatoriamente el compromiso internacional de conservar 54 millones de hectáreas de bosques al año 2020.

Que, tomando en consideración nuestro crecimiento económico, amplíe el uso de energías renovables, obligue a las entidades públicas y privadas ahorrar energía e incentive el uso de tecnologías limpias.

Que nos permita conocer quiénes y qué lugares serán los más afectados. Que inste a las autoridades a usar esta información, porque sin ella no sabremos qué hacer ni cómo atender mejor a aquellas poblaciones, ecosistemas y sectores económicos afectados.

Que permita que esta ley se lleve a la práctica con los recursos suficientes y no quede en el papel.

Que atienda de forma diferenciada a los pueblos indígenas que son uno de los más afectados, revalorando sus prácticas y conocimientos que nos ayudan a conservar nuestros bosques y ecosistemas y a combatir los efectos nocivos del cambio climático.

Que podamos saber qué acciones se están haciendo por el cambio climático y poder participar en ellas. Que las autoridades nos informen y sean responsables de cuánto se avanza en esas acciones y exigirles su cumplimiento.

Porque se ha proyectado que debido al impacto del Cambio Climático en la región andina la productividad agrícola podría descender entre un 12 y un 50 por ciento en las próximas décadas.

Porque nuestra agricultura es enormemente vulnerable; habiendo perdido entre el 2003 y el 2011 no menos de 170 mil hectáreas debido  a fenómenos climatológicos, con otras 700 mil hectáreas afectadas.

Porque 14 millones de peruanos, casi la mitad de la población del país son vulnerables a la inseguridad alimentaria, lo que está directamente vinculados al Cambio Climático y sus secuelas (sequias, heladas, etc.).

Porque más del 80% de la producción de los 8 principales cultivos alimentarios en el Perú es críticamente vulnerable a episodios de sequía, incluyendo maíz amiláceo, papa, plátano, arroz, cebada, frijoles, haba y trigo.

Porque el calentamiento atmosférico afecta y afectará nuestro acceso a recursos críticos, como el agua; siendo que el 70% de la población del Perú (más de 20 millones de personas) se concentra en zonas como la costa, con crónica escasez de agua.

Porque desde la década del 70 los glaciares andinos han perdido más del 40% de su superficie como resultado del calentamiento atmosférico, y las perspectivas son que en las próximas décadas enfrentaríamos una crisis hídrica de proporciones.

Porque el Perú es un país cuya matriz energética es fuertemente dependiente del agua para la generación hidroeléctrica, la cual produce el 45% de la electricidad en el país.

Porque se estima que el caudal que alimenta a hidroeléctricas como la del Cañón del Pato podría disminuir hasta en 37% en las próximas décadas debido al impacto del Cambio Climático.

Porque el Perú posee cerca de 70 millones de hectáreas de bosques en la cuenca amazónica, lo que constituye un valioso patrimonio nacional y global, altamente sensible a las variaciones climatológicas y que debe ser protegido y preservado.

Porque el Perú viene perdiendo 150 mil hectáreas anuales de selva amazónica debido al avance de la deforestación, habiendo desaparecido ya un estimado de 7 a 10 millones de hectáreas en las últimas décadas, una superficie equivalente a toda la superficie de Lima, Ancash y la Libertad juntas.

Porque en el Perú cerca del 40% de las emisiones de gases que alimentan el Cambio Climático son resultado de la destrucción y degradación de nuestros bosques.

Porque en el Perú hay 1,460 distritos (el 80% de los distritos existentes) que han sido considerados como elevada probabilidad de ser afectados por el Cambio Climático, con  alto riesgo de desastres y elevados niveles de inseguridad alimentaria.

Porque fenómenos vinculados al Cambio Climático; como El Niño y La Niña, son una amenaza constante; habiéndose generado en los dos últimos episodios fuertes de El Niño (82-83 y 97-98) perdidas económicas por no menos de US$ 6,800 millones de dólares.

Porque incrementarán las epidemias de dengue y malaria a causa del aumento de temperatura en zonas cálidas y húmedas del país (costa norte y selva) que hace proclive mayor existencia de mosquitos transmisores.

Porque las condiciones climáticas de El Niño podrían ser lo cotidiano en el futuro con severas consecuencias en nuestra industria pesquera, alimentación y puestos de trabajo.

Porque en el Perú es uno de los ocho países más vulnerables al impacto del cambio climático en las pesquerías y su rendimiento se reduciría casi a la mitad al 205014.

Porque la mayor dinámica y erosión costera pondrán en peligro la ciudades e infraestructura portuaria14.