El fracking o fractura hidráulica es una técnica que se utiliza para extraer el petróleo y gas no convencionales. Se le llama no convencional porque se encuentra alojado en formaciones del subsuelo que son poco permeables y de baja porosidad. Como estos hidrocarburos están dispersos y el suelo es poco permeable, se utiliza la inyección de agua con químicos y arena a alta presión para realizar pequeñas fracturas que permitan extraer el fluido.
El fracking tiene graves consecuencias ambientales y sociales, entre ellas:
- Consume grandes cantidades de agua dulce en la etapa de fractura.
- Gran riesgo de contaminación de aguas subterráneas y superficiales.
- Importantes emisiones de gas metano en la etapa de finalización.
- Atenta contra las economías locales: agricultura y ganadería de pequeña escala
- Desplazamiento de la población para la instalación de pozos, de infraestructura y de parques industriales
- Contribuye al cambio climático por la emisión de gas metano y porque continúa con la dependencia de combustibles fósiles
En América Latina el fracking está avanzando sin medida: Argentina ya se está desarrollando, en países como México, Colombia y Chile, México y Chile ya están haciendo exploración y/o explotación pero también hay perspectivas de impulsarlo en Uruguay, Paraguay, Bolivia, Brasil, Perú y Venezuela. En todos estos países hay movimientos en resistencia y podemos acompañarlos y fortalecerlos con nuestra acción.
Para frenar el fracking es necesaria la participación de todos y todas. Puedes sumarte participando del Día Mundial contra el Fracking este 11 de Octubre.
Vísita: www.globalfrackdown.org